sábado, 1 de febrero de 2014

Viaje a la nieve

Siento tardar un mes en publicar algo, pero los que me conocéis, sabéis lo vaga que soy, y los que no, os lo estoy diciendo ahora. Pero bueno, supongo que ya tocaba publicar una nueva entrada...

Os voy a contar de mi desastroso viaje a la nieve (me lo pasé genial, pero todo empezó con muy mala pata)

La idea era algo así como unas vacaciones en familia, pero resultó en algo así como "cada uno esquía por su cuenta". El plan era viajar todos juntos, esquiar, jugar en la nieve y esas cosas que se hacen cuando no quieres estar todo el día esquiando porque hay niños pequeños que se cansan fácilmente (o yo). Pero todo cambió cuando Carol se puso enferma... Imaginaros mi cara cuando la veo salir de la habitación con una mascarilla en la boca... La cosa es que decidimos esperar un día, para ver si se ponía un poco mejor (ya habíamos retrasado un día el viaje porque nadie tenía las maletas hechas). Y qué pasa al día siguiente? Las niñas enfermas también.
Había dos opciones: quedarnos en casa y pasar unas navidades en familia y con mascarillas, o huir de la gripe.
Obviamente la segunda suena mejor, pero yo en ese momento me lo planteé más en plan: Paulina y yo nos vamos a ir con nuestro padre militar que es majísimo pero casi no conocemos, cuatro días a la nieve, incluyendo 10 horas de viaje ida, y 10 horas de viaje vuelta. Ah, y he dicho que mi padre es militar? Porque mi padre es militar. Y lo recalco, porque os adelanto una cosa: dormimos a 20 bajo cero, y no precisamente en un  hotel calentito. y sabéis que más hay en los hoteles a parte de camas en las que es posible dormir? Duchas, con agua caliente, de las que no oí en cuatro días :) De hecho, ni calientes ni frías, no higiene personal de ningún tipo durante esos cuatro días esquiando.
Bueno eso, que después de tomar la arriesgada decisión de salir, las cosas no fueron muy bien. Resulta que llevamos las camionetas estas que la parte de atrás está abierta, y pusimos una especie de cobertor de metal, que tenía ventanas en los lados (sé que soy muy buena explicando, pero imaginaros que lo que estaba al descubierto, ahora era cerrado, más o menos como un coche). Pusimos todas las maletas ahí, pero no sé por qué, el padre cambió de opinión, y tuvimos que mover todo al otro coche, que tenía un "pop-up trailer". Esto es como un remolque, que se convierte en una especie de caravana. No me hagáis explicarlo mejor, sólo os digo que parecía cómodo.
La cosa es que salimos, (nos despertamos prontísimo), y a dos horas de casa, nos para la policía porque la placa de la cosa esa no estaba registrada o algo así... Bueno, la cosa es que tuvimos que volvernos a casa, y cómo no, mover todo otra vez al otro coche, pero claro, eso incluía no poder llevar la preciosa y cómoda mini caravana... Lo que importa, una vez que terminamos de mover todo (nos llevó una hora tranquilamente), qué es lo siguiente que podía pasar? Nos dejamos las llaves del coche dentro!! Yo no sabía si reír o llorar... Y no ayudó que una de las opciones fuese volver mover todo al otro coche... Pero bueno, después de una hora, nuestro padre encontró otro par de llaves y pudimos salir por fin!
Y como todo lo bueno acaba, y yo tengo tendencia a meter la pata, no sé cómo se me ocurrió, pero me puse a mirar en la mochila, y adivinad quién se olvidó la cartera con el DNI y todo el dinero? Bingo! Aquí una servidora...
Pues eso, que volvimos a casa, y cuando volvimos a salir, a cinco minutos de casa, el padre se dio cuenta también de que se había olvidado algo... Y claro, otra vez el dilema de si reír o llorar.
Ahora, lo veo gracioso, pero lo pienso y juro que si hubiese sido yo la responsable, hubiese tomado todo esto como una clara señal de que lo siguiente sería alguien rompiéndose un hueso (probablemente yo), y me hubiese quedado en casita tranquilamente, con gripe de por medio o sin ella.
Eso sí, todo lo malo de la historia ya acabó, el resto fue bastante bien.
Empezamos el viaje a las doce, habiéndonos despertado a las cuatro, y viajamos las diez horitas, casi sin parar, pero la verdad es que se pasaron rápido. No paramos mucho porque nos alimentamos de subway, entonces comíamos en el coche, y ahorrábamos tiempo. El primer día, dormimos en un área de descanso, porque no conseguimos hacer todo el viaje de un tirón. Nosotras dormimos en la parte de atrás del coche (lo que os dije que estaba cubierto con una cosa metálica). Y a -13ºC, digamos que digo dormir porque era lo que se supone que estábamos haciendo, pero no pegue ojo en toda la noche. Por la mañana, después del desayuno de subway, salimos y llegamos a la estación de ski a eso de las doce. Ray se empeñó en que él se iba a quedar conmigo enseñándome... A mí me daba pena porque él sabe esquía perfectamente, y no quería que se aburriese sólo por mí.
No sé si he mencionado lo cagada que soy, y lo patosa también... La perfecta combinación. Tampoco os mencioné, pero lo hago ahora, es que la pista de iniciación, de iniciación no tenía nada... Yo llegué a la parte más alta y me faltó poquísimo para quitarme los esquís, echar culo a tierra, y bajar así. Pero claro, mi padre (militar), me lo impidió.
Fue un amor conmigo, y tuvo toda la paciencia del mundo (más que necesaria para enseñarme a mí algo que requiera coordinación de algún tipo). Ese mismo día aprendí a esquiar y él estuvo todo el rato animándome, en serio, fue un cielo.
Al día siguiente, él y Paulina fueron a clases de snowboard, porque quería probar, y yo, decidiendo que era mejor no tentar a la suerte, me apunté a clases de ski para principiantes. La primera vez en mi vida que destaco en una clase de deportes. Estuvimos en la pista para niños un poquito, y después de aprender los básicos, nos cogieron a seis de dieciseis, para ir a las pistas de verdad... Y sí, yo estaba entre esos seis jejeje Aunque bueno, lo demás eran niños pequeños acompañados de sus abuelos, pero aún así...
Al día siguiente, decimos ir a otro sitio, así que esa noche, después de esquiar, salimos, y por la noche, como regalo de año nuevo, dormimos en un hotel, y me pude dar una ducha, y dormir! Ray intentó llevarnos a ver fuegos artificiales, pero llegamos tarde... Así que nos fuimos a la cama a las diez de la noche, el último día de 2013... jajaja Aunque bueno, aquí no lo celebran tanto como nosotros.
El último día, Paulina yo nos fuimos a lo más alto de la montaña, en las míticas sillas estas (de las que no me caí) en una subida que duró más que diez minutos... Así que nos llevó media hora bajar. Mi excusa fue, que como niñas inteligentes que somos, no supimos seguir las flechas, y en vez de ir por la spistas fáciles (que repito, su definición de fácil no es la misma que la mía) nos fuimos por las medias, y alguna de las más difíciles también me comí. No me caí demasiado (como unas tres veces o así), pero porque nunca cogía demasiada velocidad.
Fue muy divertido, el viaje acabó siendo una pasada... Me reí muchísimo,y acabé súper unida con mi padre!
















viernes, 3 de enero de 2014

Disney 2/2


Feliz con mi desayuno.


En el hotel en el que nos quedamos



Nuestra primera foto en Magic Kingdom









Intentado sacar la espada de Arturo






Paulina y yo imitando la estatua





Un bote de palomitas que me compré con forma de Mickey




Nuestra primera foto en epcot





Carol me llevó a través de la tienda con os ojos cerrados para enseñarme a mi "novio" jajaja


Carol y yo <3


Rumbo a Magic Kingdom con las camisetas que nos hicimos, todas iguales






No sé qué estabamos mirando en el lago


Nos hicimos una foto con la estatua de los gemelos, porque mucha gente pensaba que Paulina y yo lo éramos...


Quesito es el apodo que me pusieron



Nikki con un paraguas adornado a mano que se compró con su dinero








Dije a Carol que esperase a sacar la foto porque tenía que ponerme bien el pelo, y la ardilla empezó a imitarme jajaja










Sé que hice mal pero no, no me compré la gorra...


Mickey Mouse en mi hotel


El castillo de Cenicienta de noche... Una pasada